miércoles, 30 de septiembre de 2009

"Con un poco de agilidad mental y algunas lecturas de segunda mano, cualquier hombre encuentra las pruebas de aquello en lo que necesita creer".

Bertrand Russell

La experiencia de Laura

Gracias Laura por compartirlo.

Quiero contar mi experiencia, la experiencia de encontrarme contigo en la vida, cuando estaba en un proceso de terapia psicológica muy importante. Seguramente pensaran que fue una casualidad, pero yo siento que la vida me ha hecho un regalo con este encuentro.
Se dice, y creo firmemente, que a los 30 comienza una nueva etapa de la madurez, dejando atrás muchas superficialidades y empezando a luchar por nuestro propósito en la vida.
Gracias a ti he podido vivirlo de forma mucho más consciente, más intensa y además me ha ayudado a aumentar mi autoestima, a descubrir nuevas facetas en mí, que pueden ser de gran provecho en mi desarrollo como ser humano.

La primera sesión contigo fue reveladora y muy impactante. Tumbada en la camilla, sin saber muy bien lo que debía sentir o pensar, cerré los ojos y comencé a percibir ese hormigueo por todo el cuerpo.
Nunca había hecho meditación, ni me había relajado de esa forma hasta que llegué a tu consulta. Sentí como mi campo magnético se activaba, como si mi cuerpo se hinchara como un globo y flotara. Una sensación de paz y tranquilidad me invadió, mi respiración era casi inapreciable. Finalmente sentí una gran pesadez en la cabeza, a la vez un parpadeo mecánico en los ojos, rápido y constante, como acto reflejo de ese profundo estado de relajación.
Reaccioné asustándome y rápidamente abrí los ojos, una sensación de frío invadía mi cuerpo en ese momento.

Esa noche dormí profundamente.

Los resultados fueron evidentes en los días posteriores. En mi caso, yo no padezco ninguna enfermedad importante, pero si dolores lumbares y menstruales, que desaparecieron progresivamente y a medida que acudia a tus terapias energéticas. Mi sensación fue de un bienestar repentino.
He mejorado en otros apectos, estoy más atenta a las oportunidades que me brinda la vida, y vivo más intensamente el presente, aprovechando y organizando más mí tiempo. También se ha reducido mi insomnio, mi alteración nerviosa, los pensamientos negativos que me creaban ansiedad, y un largo etc.
Lo más significante ha sido, que puedo ver la vida de una forma más optimista, controlar y reconocer mi propia energía y en definitiva, el resurgir de mi personalidad, que aunque a marchas forzadas y con mucho trabajo y esfuerzo, va formándose y creciendo hacia el ser que siempre ha habido en mí, pero que mis miedos no dejaban mostrarlo del todo. Para mí eso no tiene precio. Qué es la felicidad sino poder desarrollar nuestras propias facultades y mostrarnos tal y cómo somos?
Ahora practico meditación y otras técnicas de autoconocimiento, que con las herramientas que me has ido facilitado, y tu apoyo, puedo abordar por mi misma.
Por todo, te doy las gracias a ti y a ese algo que me protege en este inmenso Universo, porque estoy segura de que eso, lo que quiera que sea, te ha puesto en mi camino.

Laura C. 13.07.2009

Ansiedad, pánico, problemas hormonales ¡se ha recuperado!

Muchas gracias por estar, por tus terapias que me sorprenden día a día. Gracias a ellas he salido de una depresión que arrastraba hace mucho tiempo. En nuestras sesiones hemos trabajado mis crisis de ansiedad y pánico y he logrado superarlas!!
Ha mejorado mi metabolismo, estoy bajando de peso y he recuperado mi regularidad hormonal.
Gracias, gracias y que contemos contigo por mucho tiempo.

L.F.T. 12.07.2009

Diagnostico: Dos lesiones cerebrales y escleroris ¡recuperado!

"Gracias Edu, ésto es un gran regalo"

Aquel domingo fue un día especial. Hacía más de un año que me habían detectado tres lesiones en el cerebro y mi estado de ánimo no se había recuperado aún.
Una mezcla de conflictos internos gobernaban mis pensamientos y las sensaciones contradictorias me hacían difícil vislumbrar un futuro con optimismo.
Miedo, confusión, sentimiento de culpabilidad por no haber sido capaz de apreciar todo aquello que había conseguido. Casi, Aburrido de vivir, sin excesos ni defectos, sin ambiciones ni carencias, sin objetivos a medio o a largo plazo salvo de no ser una carga para mis seres queridos.

Volvamos a aquel domingo de mayo…

Poco o nada sabía de las medicinas alternativas aunque vengo utilizando la homeopatía desde hace años por cercanía familiar aunque con unos resultados personales poco evidentes.

Me encantó aquella primera sesión en casa, donde empezó todo. Con solo mirarme las manos y tras intercambiar algunas frases había quedado retratado de forma evidente y el hablarme sobre mí, fue como si por primera vez, viera mi interior reflejado en un espejo.

Conocerse a uno mismo y tomar conciencia de lo que realmente te sucede es el primer paso para poner remedio. Está claro que mi estado de profunda melancolía, por vieja y arraigada, había nublado la realidad en la que me encontraba.

Breve fue la charla pero suficiente para encontrar un punto de inicio desde donde empezar a trabajar. Después llegó la sesión “energética ” o como se le llame a lo que haces en contacto con la energía que nos rodea.

Recuerdo palpitaciones en la cabeza y el plexo solar y un hormigueo intenso en diferentes lugares del cuerpo.

Desde aquel momento empecé a sentirme mejor. Algunas de los síntomas que yo tenía, como los leves espasmos involuntarios, continuaron produciéndose durante algunos días sin embargo la seguridad de que serían pasajeros me daba una tranquilidad que no había sentido desde hacía meses.

Durante varias semanas continuamos el tratamiento en aquel pequeño consultorio. Las sesiones que siguieron a aquella primera experiencia fueron mucho menos “sorprendentes”. Puede que por el ruido de las obras, puede que por la minúscula habitación donde hablábamos sentados sobre la camilla, puede que por mi precaria situación económica que me impedía valorar justamente el trabajo lento pero seguro que íbamos haciendo día a día.

Efectivamente, poco a poco hemos ido organizando aquellos puntos desordenados de mi existencia, hemos ido haciendo una lista de prioridades y objetivos por los que vale la pena moverse, hemos ido iluminando cada rincón oscuro de mi vida. Con mi mundo ordenado, la cabeza organizada y mis objetivos claros ha sido fácil hacer girar esta rueda de molino, que aunque pesada y enorme, contigo SE MUEVE.

Al igual que cuando se estudia una lengua o se aprende a conducir, los avances no se notan de un día para otro pero una mañana te levantas, lo vuelves a intentar y te das cuenta de lo mucho que has aprendido. Puedes hablar y conducir, mal, pero lo haces, y eso es lo importante.

He recuperado fuerza en los brazos, sobretodo el izquierdo que lo sentía más débil. La ilusión ha vuelto a tener un espacio en mi agenda y mis ganas de hacer cosas se han multiplicado y lo mejor es que va a más. Me encuentro mucho mejor.

Nunca he sido creyente practicante, ni ateo, ni tampoco esotérico, ingenuo o inocente. Me gusta darle al coco y filosofar sobre la inmensidad del cosmos y su relación con nosotros. Pero desde una lógica estadística que lo hace razonablemente sobrehumano y a la vez, bueno. Por tanto, desde esa filosofía de parvulitos he llegado al convencimiento de una única fuerza sobrehumana, inteligente y conciente capaz de mover todo este tinglado que tenemos montado: El Amor.

Desde el ambiguo diagnostico de esclerosis, me he acercado a Dios. He buscado desde mi limitada experiencia con lo divino una respuesta. Sé que el poder de la mente es infinitamente superior al que los médicos piensan. Sé que el poder del espíritu es infinitamente mayor al que los ateos piensan. Y con una mente y un espíritu trabajando en positivo es imposible obtener un resultado negativo.

No sé si Dios me está curando de tanto pedirle o ha intervenido para conocerte, en cualquier caso: “Cuando deseas algo con todas tus fuerzas, el universo conspira para que se produzca” P.Coelho

EL viernes pasado me dieron el resultado de la última resonancia magnética. La lesión más importante que apareció el año pasado ha desaparecido casi por completo, solo queda una pequeña huella que indica que estuvo allí. El resto, todo bien, salvo una minúscula mancha inactiva rastro de una lesión ya desaparecida.

Con todo, mi vida ha cambiado mucho en el último año. Ha dado un vuelco importante y con tu ayuda creo haber encontrado el camino.

Edu, 8.07.2009

Duración del tratamiento Mayo 2009 - Julio 2009

Gracias Edu, esto es un regalo.

Daniel se ha recuperado

A través de este blog, quiero compartir con todos vosotros las innumerables experiencias que vivo a través de mis pacientes. En muchos casos como el de Daniel los resultados no se hacen esperar.

Considero esencial guardar su identidad y para ello siempre utilizaré nombres ficticios.


El lunes por la mañana me llamó Teresa una paciente, quería anular la visita que teníamos concertada esa misma tarde. Teresa padece un cuadro agudo de fibromialgia, mejor decir “padecía”, desde que llegó a mi consulta su mejoría ha sido impresionante.

Daniel, su hijo de 6 años de edad, presentaba un cuadro de vómitos y fiebre de más de 39º desde la noche anterior, cuando le aparecen estos síntomas le cuesta recuperarse casi una semana de ello, pierde peso considerablemente, y suele quedar muy débil.
Le había llevado al servicio de urgencias del hospital. Diagnosticándole una inflamación aguda de amígdalas, el médico le recetó antibióticos cada ocho horas, y la ingestión de líquidos para evitar la posibilidad de una deshidratación.

Le comenté a Teresa, si le parecía bien que pasara por su casa al mediodía para aplicarle Terapia Reconectiva a Daniel, estaba segura de que podíamos llevarnos una grata sorpresa con el resultado, y accedió.

Estaba dormido en el sofá del salón, Teresa se sentía angustiada, Daniel no había cesado de vomitar desde la noche anterior y estaba agotado.

Le apliqué Terapia Reconectiva durante 40 minutos, no despertó, eso ayudó a mantenerlo relajado todo el tiempo.

Los resultados no se hicieron esperar, al día siguiente me llamó Teresa para contarme lo ocurrido desde mi marcha.
Daniel despertó hacía las cinco de la tarde, la fiebre había subido, y también se le produjo otro vómito.
A las 8 de la noche le dio un baño, Daniel no quiso cenar nada y lo llevó a dormir.
No despertó en toda la noche, la fiebre bajó hasta desaparecer, y por la mañana se despertó como si nada hubiera ocurrido. De eso hace tres semanas, Daniel sigue perfectamente recuperado.

Confío plenamente en la Terapia Reconectiva, pero confieso que sus resultados no dejan de sorprenderme.

La Terapia Reconectiva se puede aplicar en el tratamiento de las múltiples patologías que puede padecer un niño a cualquier edad.
La Reconexión de los meridianos de su cuerpo puede dar a corto o medio plazo resultados latentes y muy satisfactorios.

Isabel R. Estrada, 29.06.2009